café

Los domingos en la noche suele ser mi momento personal más feliz de la semana.
Aprovecho la ausencia en las calles, me pongo música, tomo un par de tazitas en la barra y camino.

 Disfruto todo lo anterior y regreso a dormir tranquilo, sé que mañana empieza otra semana de locura.












Pero hoy no, hoy lloré en el camino. Y fue de tristeza (o melancolía).


perdón.

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