Lo dulce de la tarde se reflejó en una torta de chocolate y
en un helado. El té reflejó lo caliente, lo caliente del tema, de la situación
y del dentro de cada uno.
En la mesa del lado, al lado de una inca kola dos manos se
conocieron por primera vez. Se tomaron, se presentaron y se acariciaron. Él se
sorprendió de la mano de ella, pero la aceptó tal y como era; él tiene las cosas
claras, a él no le importa. Ella se sorprendió y lo tomó por el brazo; no
estaba segura, pero siguió adelante; yo lo sé.
En nuestra mesa, él dijo algo que había pensado hace mucho: “ha
pasado mucho tiempo, pero en ese tiempo nunca he tenido una certeza, siempre ha
habido incertidumbre y duda – y la Duda-. Ella se asustó, se entristeció y se
quiso ir.
Él le pidió perdón, ella lo aceptó. Él no la pasa bien pese
a las disculpas dadas, pero sabe debe seguir adelante ¿debe? Ya no sé…